“Si he hecho descubrimientos invaluables ha sido más por tener paciencia que cualquier otro talento.”.Isaac Newton
Supongo que si en lugar de una manzana, hubiese sido un ladrillo lo que se cayese del árbol bajo el que se encontraba Newton, poca gracia le hubiese hecho…vaya! La misma que nos hace ahora a nosotros cuando nos damos cuenta que el ladrillo se nos ha caído y que todavía hoy en el 2012, nos estamos frotando el golpe.
Será difícil recuperarse, apuntan todos los entendidos de la materia, y ya no hablo de la manzana, ¡ojalá fuese eso!, sino de que según las estadísticas se prevé que el 2012 será peor que años anteriores, en los que ilusos de nosotros pensábamos que ya no podría caer ni un ladrillo más del árbol.
La caída del sector inmobiliario fue del 4% en 2011 y esta tendencia a la baja continuará este año según las previsiones del Informe de Sociedad de Tasación. En este informe se señala que debido a los problemas para obtener financiación, el sector inmobiliario redujo y reducirá aún más su nivel de actividad.
Las previsiones para el presente año, apuntan a una posible recesión, lo que unido a la inflación harán casi imposible la recuperación del aumento de renta de la gente, con su consecuente dificultad para la adquisición de vivienda. Tenemos también que tomar en cuenta el aumento de los costes financieros, por esa falta de liquidez que tienen las entidades, que llevará a una reducción aún más acusada de los márgenes comerciales de las promotoras, y prolongará el periodo de escasez en la inversión inmobiliaria.
A pesar de todo este panorama, hay gente que se plantea si es un buen momento o no para invertir en “ladrillo”, esos que durante los años de vacas gordas, no pudieron invertir debido a los precios desorbitados que llegó a alcanzar el mercado y que ahora gozan de cierta disponibilidad. Supongo que vivimos tiempos tan enrarecidos que no sería conveniente aventurar nada, ya que parece ser que por una parte todo apunta a que el momento es favorable para la compra, como la tendencia a la baja de los precios, los incentivos fiscales, la gran oferta o el Euribor a la baja; pero en contrapartida tenemos la incertidumbre económica, la expectativa de que aún bajen más y la escasez del crédito. Cuando hay tanto en juego y la partida esta tan poco clara, la decisión más sensata es la de analizar cada uno la situación personal que tiene, tanto económica como de necesidad y esta será la manera más segura de tomar la mejor decisión.
Así como alguien se plantea comprar o no comprar, el que vende si puede evitarlo mejor, pero de ser necesario, debería por lo menos tener una ligera noción de lo que vale su vivienda y contrastar datos para no malvender, a pesar de que los precios estén a la baja. A modo de anotación decir que la valoración de inmuebles es la opinión fundamentada de un arquitecto experto, independiente del valor del mercado de un inmueble en un lugar y momento determinado, mediante procedimientos, comprobaciones y métodos de valoración adecuados para cada sector del mercado inmobiliario y caracterizado por el conocimiento de las normativas que les afectan. Quizás con este documento no se garantiza la venta inmediata del inmueble, pero se puede estar seguro de que el precio, sin malvender la propiedad, es competitivo en el mercado.
Finalmente decir a modo de reflexión, y quizás aventurar esto conduzca a error, que si en lugar de dedicarnos a plantar tantos árboles, hubiésemos podado los que teníamos, hoy comeríamos manzanas y no ladrillos.
“Empiezo a vender cuando mi chófer comienza a comprar”.
John DavisonRockefeller
No hay comentarios:
Publicar un comentario